¿Se justifica pagar un precio mayor por una gama más elevada?
Cada marca de audífonos ofrece diferentes modelos que, aunque físicamente sean iguales en apariencia o muy similares, se diferencian fundamentalmente en su capacidad para procesar el sonido y para reaccionar ante los diferentes entornos.
Los audífonos de gamas más altas son capaces de responder de manera más eficiente en entornos ruidosos, en la localización de sonidos, en la resolución frecuencial permitiendo una mayor claridad del habla, etc.
Si bien la calidad en los aspectos técnicos y físicos de los audífonos es igual, la diferencia radica en esa capacidad para que sus automatismos respondan con mayor precisión a los estímulos auditivos entrantes, gracias a la velocidad de procesamiento del sonido, entre otras ventajas.
Esta eficacia se pone de manifiesto principalmente cuando el usuario se encuentra en ambientes ruidosos o en situaciones auditivas complejas, con varios interlocutores, habla degradada, espacios abiertos o reverberantes, etc.
En el caso de los niños las situaciones auditivas complejas son casi constantes: parques, paseos por la calle, colegios, fiestas infantiles, etc.
Además los niños deben desarrollar sus habilidades auditivas a partir de los estímulos que reciben, a diferencia de los adultos, que ya han desarrollado estas habilidades.
Por lo tanto es muy importante que los niños puedan acceder a la mejor tecnología desde el primer audífono, para favorecer el desarrollo de los centros auditivos en el cerebro y sentar las bases para una mayor calidad de audición a medida que crecen.
NUESTRA OPINIÓN AL CABO DE MÁS DE 30 AÑOS DE EXPERIENCIA ADAPTANDO AUDIFONOS:
Si un niño sólo tendrá ocasión de utilizar audífonos de gama alta una vez en su vida, sin lugar a dudas estos deberán ser los primeros audífonos, los que van a abrir el camino al sonido y los que van a trazar las primeras huellas auditivas en el bebé.
Lidia Rosselló Martinelli